Cuando corremos, al ser una actividad de impacto, nuestros huesos y articulaciones del pie están en constante choque, pudiendo afectar tanto nuestra salud como nuestro rendimiento. Poder conocer la biomecánica del pie es clave a la hora de elegir nuestro calzado y dar lo máximo de uno mismo. Por eso es clave aprender cuales son los distintos tipos de pisada y poder identificar cual es la nuestra.
Para poder identificarla, la mejor forma de hacerlo es visitar a un médico traumatólogo especialista en pie y tobillo. A través del estudio, podremos identificar cual es nuestro tipo de pisada y ver cuál es nuestro calzado más acorde.
Se trata de un pie plano, en el cual el arco no está desarrollado y se apoya toda la planta del pie. El tobillo se inclina hacia adentro, lo que indica que la presión se dirige hacia el interior del pie en cada pisada. Esto puede provocar lesiones y torceduras. Suele visibilizarse por un desgaste en el borde interno de la suela.
Se trata de una situación opuesta a la pronación. El pie presenta un arco pronunciado, se puede apreciar la presión tanto en el talón como en la parte delantera del pie, mientras que en el centro solo se observa una línea más delgada.
En esta forma de pisar, se observa apoyo tanto en la parte delantera, como en el talón y en el centro del pie. El apoyo del pie se reparte uniformemente en tanto en la parte exterior como en la interna del pie. La pisada es recta, sin ejercer presión ni hacia dentro ni hacia fuera, lo que permite una distribución equilibrada del peso corporal.
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